Nadie tiene respuestas en esta película, incluido el
espectador. Se muestra críptica, chocante, con un destino
insospechado. Lo que sí está claro, es que los hermanos Coen han querido volver a su cine más personal. Algo
parecido a lo que quiso hacer Almodóvar con Volver, pero mientras que aquel
incluso llegaba a cierta autocaricatura, los Coen consiguen recuperar la
esencia misma de su estilo.
No es la primera vez que incluyen elementos judíos, ni mucho
menos, pero sí es la primera vez que ahondan tanto en la cuestión, y seguramente echando mano de sus recuerdos de la infancia. Parodian
esta religión (parodia que en general podríamos trasladar a cualquier otra, costumbres
aparte) y a los que pretenden ser sabedores de las grandes respuestas de la
vida. El hombre racional, ya sea el
protagonista o el polaco de la introducción, se encuentra atormentado por las
dudas, perdido y sin embargo está mucho más encaminado a la verdad que todos
los personajes más fundamentalistas, seguros de sus creencias pero que tampoco
tienen las respuestas de nada y que hablan con frases prefabricadas. ¿El aparcamiento? El protagonista, y el polaco, al menos son
conscientes de que algo se les escapa.
No nos es demasiado nuevo, en el universo Coen, este rol
principal, tímido, inseguro, cándido que cede o calla ante los derroches de
seguridad y carisma de los personajes de su entorno. Enseguida viene a la mente
el personaje de William H. Macy en Fargo,
aunque en el fondo lo podemos encontrar en la mayoría de sus protagonistas.
Como los rabinos de la película, los Coen nos dejan sin
respuesta, cortando la acción en los que tradicionalmente se entendería como un
preludio del climax, incidiendo así en la idea de la película, del sinsentido
de la vida, el azar y la falta de respuestas. La vida no transcurre siempre como se espera, y como metáfora de ello, la película tampoco. Por el camino nos regalan
personajes excepcionales, como el vecino cazador, el cartógrafo de su abogado,
el estudiante coreano o el rabino Marshack. Una comedia desconcertante, sorprendente,
divertida, suerrealista, una comedia
típicamente Coen.