De forma bastante llana y seca, los acontecimientos del documental, porque película lo es por poco, se muestran un tanto en busca del reino de la confusión, que seguro la hubo, pero también en busca de un interés lógico por enseñar cómo sucedieron los hechos.
El utilizar este vuelo, el más olvidado de todos aquellos, ha sido un acierto desde el punto de vista del interés, y también de la curiosidad. Si el exceso de torres de control es necesario para dejar bien claro el desconocimiento de lo sucedido hasta el momento, o la tardanza en llegar al objetivo una utiliación para terminar por desentrañar esa escena tan épica, pero a la vez tan vacía cinematográficamente, con revoltijos y revoltijos, nada más, un documental, como venía haciendo en un movimiento continuado, la verdadera existencia del film es una historia más, sin querer siquiera destacar y en cierta manera es lo que ha consegido.