Vincenzo Natali es un nombre importante dentro de la ciencia ficción. Su debut con Cube, una de
las óperas primas más sorprendentes de la ciencia ficción, marcó su nombre como
director a seguir. Después llegó Cypher,
que sin poseer la impronta de su anterior trabajo demostró inteligencia y un
renovador conocimiento del género. Seguramente no fue un gran éxito y por ello
su siguiente película, Nothing, ni
siquiera se ha dejado ver. Ahora nos llega una nueva oportunidad con Splice, que podrá verse en el festival
de Sitges.
Ahora se ha asegurado cierta repercusión al
contar con dos actores de primera fila, Adrien
Broody y Sarah Polley, que
además de famosos, son unos interesantes intérpretes que además de aportar su
buen hacer, avalan este proyecto con su presencia. No eligen nada mal.
El reto de la película es el enfrentamiento con el género,
el mismo punto clave que ya encontrábamos en su película Cypher. Si Cube era un producto verdaderamente nuevo y original de
raíz, esta es una nueva incursión en un subgénero de la ciencia ficción ya muy
trabajado. Los límites traspasados de la investigación científica, o la
evolución lógica del mito de frankenstein a lo largo del siglo XX. Confío en
que Natali sepa dominar los mecanismos del género, a la vez que innovando, sepa
darle un nuevo enfoque refrescante, un enfoque del siglo XXI. Ver otra película más de serie B sobre
criaturas antinaturales sería muy decepcionante.