Crítica de la película Arthur Christmas - Operación Regalo por Olmo

La navidad es algo para cada uno de nosotros. Significa algo, no digo bueno, ni siquiera malo, más, menos, poco o mucho. Simplemente representa una idea en nosotros mismos. Y por eso, siempre es interesante esa representación tan particular que el cine hizo suya durante el siglo pasado. El primer dulce navideño, Arthur Christmas me ha sabido a poco. No cabe duda del derroche ténico y visual de calidad suprema digno de un turrón de alta alcurnia. Pero ya en mi precrítica pedía algo más, ese paso diferenciador, desprenderse de lo contemporáneo y tirar de un lenguaje clásico. No lo consigue. Y no lo hace porque incluye elementos que en vez de proteger, apoyar y reforzar lo que hace es perder peso, desinflarse, convertirla en una cualquiera sobre la navidad pero una muy interesante propuesta de animación y punto.

La navidad con mayúsculas no está presente y esto es grave. Me preocupa el estado de salud de las cintas sobre la navidad en general. No vale solamente con supernaves, elfos a la última, movimientos a la última, colorines y ordenador. A mí no me vale como no le vale a las madres y padres que quieren ilusionar a sus hijos a través del cine sobre esta época del año que tanta ilusión evoca. Por eso, vende fe y 3D. Pero se queda en los estantes la ilusión. En consecuencia pierde la navidad y el cine. La atmósfera pierde fuerza y carácter por culpa de personajes idiotas, embusteros que estorban continuamente. Sin embargo, Arthur, su abuelo y el viejo trineo alzan a la película a lo más alto y son estos minutos los más dignos, navideños, ilusionantes y verdaderos. Creíbles diría yo.

La navidad puede ser muchas cosas pero de algo estoy seguro. La navidad es entre otras cosas una niña que echa una carta al buzón y no llega. Es el niño que se despierda a mitad de la noche. Es la cara de Arthur bocabierto escondido en un armario. No confundan la navidad con el navicine, aquel que nos intentan vender como un producto de supermercado. Aún quedamos algunos que vivimos con formas, métodos y valores del mundo de siempre como dice el abuelo de Arthur. Mientras tanto, esperaremos a esa película Mesías de este siglo XXI tan dudoso, incierto y poco esperanzador.

Feliz navidad.