Bueno, a estas alturas todos sabemos que de tonto J.J.Abrams no tiene un pelo: Parió Perdidos y, en su empeño por saltar a la meca del Cine, se ha forrado -en mayor o menor medida- con títulos como Star Trek, Monstruoso o Misión imposible 3.
El caso de Misión imposible es interesante: Demuestra que sabe muy bien con quién tiene que aliarse en la industria de Hollywood para ir subiendo escalones. Allí fue Cruise con una saga sencilla y de éxito fácil. Así que ahora, cuando eso ya se le quedaba corto, Abrams ha llamado a la puerta de Spielberg y le ha propuesto recuperar su papel de productor de taquillazos juveniles, eso que tan bien hacía el viejo Steven en los 80.
Dicho y hecho. Más allá del producto final que nos encontremos, la maquinaria publicitaria es tan potente, formato apisonadora, que es imposible que ésto no funcione. Además, a los que venimos de la generación clave, se nos ha repetido la idea hasta la saciedad: Sí, esto es una suerte de Los goonies con las ilimitadas posibilidades digitales que nos ofrece la tecnología actual.
No hace falta entrar en más detalles: Abrams y Spielberg, en el apartado de nombres propios; los Goonies y los mejores efectos del momento, en la base y concepto de la película, por decirlo así. Creo que todos hemos entendido por dónde van los tiros.