Comparar la adaptación cinematográfica
con la novela original aquí no viene a cuento, y es que no hay
prácticamente nada -ni personajes, ni trama, ni situaciones, ni
concepto, ni estructura- del material original. Esto es simplemente
otra cosa que comparte título, invasión zombie a escala mundial y
algunos rasgos del personaje protagonista. De hecho, incluso el
título se queda un poco fuera de lugar pues aquí guerra mundial
como tal ni siquiera se llega a apreciar.
Dicho esto, tratemos la película como
un producto independiente, y como lo que quiere ser, una cinta ligera
de acción sin mayores pretensiones. Tenemos unos efectos especiales muy espectaculares, especialmente centrados en las escenas de
masas, pero que dejan mucho que desear en cuanto a realismo. La
pirotecnia del exceso deja una sensación de estar viendo casi una
película de animación. Muñequitos que muerden a otros muñequitos.
Así, más allá de distraerse con el espectáculo, es difícil
entrar en nada.
Aunque el mayor problema está en la
conocida limitación del director, Marc Forster, en el género.
Lo vimos en las aburridas secuencias de acción de Quantum of
Solace. Aquí es incapaz de generar suspense. Apenas es
rescatable la secuencia inicial, en la carretera, que siendo lo mejor
de la película, no deja de ser obvia, manida, fácil y odiosamente
mecánica. Y como digo, la película solo va a peor. En parte por
falta de talento y en parte por insistir en ser absolutamente blanca,
no provoca la más mínima emoción. Pretende tomarse en serio a sí
misma (no es en absoluto lúdica) pero los elementos de drama y
terror que incluyen son tan ligeros que no producen ningún efecto.
De no querer molestar a nadie, con la violencia, con el terror, con
el drama, con el contenido más complejo... termina siendo un gran
vacío en el que no queda nada apreciable.
El argumento, retorcido para más
gloria de Brad Pitt, resulta un disparate intragable. Por otra
parte, la película se suma a la moda zombie, sin aportar nada ni
remotamente nuevo, muy al contrario, parece una película realizada
para un público que tiene un desconocimiento absoluto del género.
Mínimamente disfrutable si has conseguido apagar el cerebro.