Crítica de la película Sin reservas por Iñaki Ortiz

Ni mucho menos deliciosa


2/5
12/06/2007

Crítica de Sin reservas
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Que manera de estropear las cosas y que manía de hacer la versión americana. ¿Es que acaso no conocen la maravillosa técnica del doblaje? ¿Es que no tenían ya suficientes comedias románticas que tienen que recurrir a la importación?

Deliciosa Martha era una agradable película alemana escrita y dirigida por Sandra Nettelbeck en 2001. La protagonista era una de las más interesantes actrices del país, Martina Gedeck, a quien hemos visto recientemente en El buen pastor o en La vida de los otros. Contaba con una fría y elegante fotografía y nos narraba una historia pequeña y dura a la vez, que por causas obvias no desvelaré ahora.

No se entiende que este film necesite ningún tipo de adaptación para el público americano, más de convertir a Gedeck en la más flamante aunque de menos  calidad, Catherine Zeta Jones. Que dentro de lo malo del cambio creo que no es una elección del todo equivocada. Eso sí, una actriz que cuaja a la perfección en un film como Ocean’s Twelve, no va a poder con un personaje delicado, complejo y retraído como el que debería. Naturalmente, la solución será simplificar al máximo el personaje, dentro de las normas no escritas de la comedia romántica más fiel al género.

Peor todavía es la elección de Aaron Eckhart (al que veremos próximamente en The Dark Knight) para este papel en una idealización mucho más estúpida del estereotipo italiano. Todo esto ayuda a que una historia personal con su carga de amor se convierta en simplemente el juego tontorrón del chico conoce a chica. No será Abigail Breslin, la pequeña miss sunshine, quien salve la película porque su personaje tendrá mucha menos importancia de la que debiera.

La guionista menos, Carol Fuchs es nueva y únicamente escogida para fusilar la obra anterior cambiando debidamente los nombres propios de Martha Klein a Kate Armstrong para que la papilla esté lista para el público estadounidense.

Es una pena que el director, Scott Hicks, que firmara dos películas tan interesantes como Shine o Mientras nieva sobre los cedros, se dedique ahora a dar cierto aspecto serio a películas como esta que pretenden diferenciarse de lo más bajo del género. Una falsa apariencia que sólo tendrá de interesante lo poco que se pueda salvar del original.

En definitiva, todo mucho más tonto.



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