Crítica de la película La chispa de la vida por William Munny

Es que lo que me ocurre con La chispa de la vida es que no me hace gracia, si acaso me hace pensar y demasiado, en cómo está construida, cómo está monitorizada para berlanganizar las intervenciones de los personajes en los momentos de multitud de ellos, o en cómo ha cultivado el guión tratando de hacerlo gracioso a cuenta gotas y expandido para dar con el metraje.

Como ejemplo de crítica social no me vale, porque la sátira o lo burlesco tiene que emocionar, y no te creas que lo logra mucho, demasiadas tonterías forzadas que no dejan fluir el sentimiento. Demasiados personajes hipertípicos que aparecen y desaparecen demasiado firmes y nada ocultos. Se trata de una historia que no se puede uno creer y ni mucho menos tratar de hacer que nos la creamos. Se trata de un film de ficción muy poco disfrazado que no alienta, solo entretiene.

José Mota consigue mantenerse en pie, es complicado mantenerse en esa posición a la que es obligado, y Salma Hayek (Salvajes), tiene que ser quien nos guíe pero no puede con el ejército de exageraciones le aturden interna y externamente.

Finalmente, cayendo en picado y sin haber logrado buenos mimbres, el final triste no logra su objetivo y simplemente nos levantamos de la butaca con aires de sin más. Un alto en el camino del director, pero como ya dije, se lo puede permitir.