Hablábamos del gótico sureño con otro Joe: Killer Joe. Aquí volvemos a tener muchos de esos elementos. Sordidez que llega a niveles extremos. No sé hasta que punto será un reflejo de la realidad de la América produnda y cuanto tendrá de novelesco, pero lo cierto es que nos retrata una sociedad hundida en la pobreza (material y espiritual). Vidas duras que no valen nada. Las balas siempre presentes y el sexo como algo bajo y desganado.
Entre todo este ambiente de rudeza y almas perdidas, emerge un personaje poderoso, rebelde y noble, un héroe de la basura y la decadencia, interpretado por Nicolas Cage con su energía habitual. No le faltan algunos de sus momentos de extraña explosión histriónica, aunque hay que decir que aquí está razonablemente moderado.
Aunque la califico de gótico sureño, porque cuenta con sus elementos, hay que decir que la película flirtea con la crítica social más sobria, elementos de puro cine inde americano, un drama social que matiza el aspecto más operístico del film, que también está ahí.