Grace se nos
presenta como una de las películas de terror más sórdidas, insanas y macabras
del año. Y no porque tengan escenas gores o festivales de sangre, aquí se trata
más de jugar con ciertos aspectos que no resultan demasiado agradables torcidos
hacia el terror. El planteamiento, relacionados con la maternidad, es jugoso,
aunque no apto para cualquier tipo de público. Ahora habrá que ver si el
desarrollo de la idea es igual de interesante.
Dirige Paul Solet,
un director primerizo que se ha manejado en el mundo del corto con bastante
éxito. Su último cortometraje ha sido precisamente Grace. Seguramente hablamos de un cineasta muy capaz, y con un
material lo suficientemente desquiciado como el que tiene entre manos, es de
esperar que consiga un resultado lo suficientemente oscuro y enfermo como para
tener contentos a los fans más acérrimos del género.
Está claro que no es una película para llenar una tarde
ociosa, pero quien guste del terror retorcido está de enhorabuena. La película
ha pasado por varios festivales, entre ellos por la sección oficial del
festival de Sitges, y ahora se podrá ver en la semana de terror, donde la
esperan un grupo de salvajes devoradores de horror.