Crítica de la película Fin por Obi-Wan

Entre los aciertos y los desatinos se debate este film español al que no le faltan buenas intenciones, pero no basta con eso. Esperaba menos fallos o tener que reprocharle fisuras en la profundización del tema apocalíptico,  pero no salidas de tono. La película goza tanto de momentos álgidos y como de escenas desconcertantes que logran sacarte del film. Pero siendo positivos al respecto, es que para que exista algún momento en el que la magia se rompe, es que el encantamiento ha funcionado el tiempo suficiente para surtir efecto.

 En el primer tramo del film, el debutante Jorge Torregrossa se mueve como pez en el agua entre las presentaciones de los personajes y la creación de la atmósfera inquietante tras la explosión en el cielo. La tensión aumenta y se logra un gran golpe de efecto con los buitres dentro de la casa. Pero tras ello, llegamos al punto de inflexión, que es dónde inevitablemente el público se divide entre creyentes y ateos. Cuando se descubre que la gente va a empezar a desaparecer sin dejar rastro se ha de aceptar, o bien que cualquier final que se elija no será totalmente satisfactorio, o bien buscarle una explicación factible a la trama y desperdiciar tiempo y esfuerzo para no lograr nada. Todo aquel que espere un final lógico y convincente se va a quedar con las ganas. El truco para poder disfrutar de la cinta es no plantearse ciertas preguntas, si no dejarse llevar por los acontecimientos que no tienen explicación y sentarse a ver como se desarrolla la tragedia. Es como cuando se leen los relatos de Edgar Allan Poe: hay que disfrutar de la siniestralidad de los sucesos y de la desesperanza de los personajes, dejarse llevar por la tensión y el ambiente opresivo e inexplicable. Y lo malo es que este film consigue en muchos momentos esa fuerza apocalíptica y enigmática del fin del mundo, pero en otros deja ver sus puntos débiles que te devuelven de un tortazo a la realidad.

 No he leído el libro de Monteagudo en el que se basa el guión, así que no se muy bien a quien atribuir los peores momentos del film, en los que Torregrossa no ayuda en absoluto. El momento de la jauría perruna, es un tanto bochornosa, tanto en interpretación como en desarrollo y rodaje. Y lo peor es que parece introducida para mantener el ritmo de la trama, lo que aun la hace parecer más falsa. El momento león es otro momento bochorno. Desde que la cámara se retarda para mostrarnos el cartel del circo, se anuncia el descalabro. Una pena que el último tramo de la cinta deje tan mal sabor de boca, tras haber logrado escenas dignas de resaltar.  

 Como curiosidad para el cine patrio, es una cinta muy interesante, pero realmente esperaba muchísimo más. Al poder la nota, me ha vencido más los logros que los fallos, pero hay que reconocer que no es apta para todos los públicos.