Como diría el galés (los futboleros sabrán de quién hablo), "no comment". Y es que ni un futbolero se puede tragar esta parida. Si acaso los dos o tres ultrafanáticos de encefalograma plana que consideran sagrado todo aquello que vean con un escudo del Real Madrid, aunque sea un boniato.
No sé. Sinceramente me cuesta mucho darle a esto la extensión de rigor (nótese que con este comentario ya me he comido otro par de líneas, que me viene la mar de bien), pero es que ver a un tipo de cráneo pelado que cumple su sueño de jugar al lado de Rául y Roberto Carlos me la trae al pairo. Me interesan mucho más las malahostias que se pilla el utillero de turno cuando Cassano llena de migas sus utensilios o cuando Salgado arranca un trozo del marco de la puerta al intentar pasar a vestuarios.
En fin. Si consideras que el gol de Zidane en la final de la Champions es la mayor obra de arte que el Ser Humano ha creado, esta es tu película. Y ni eso, coño, que a mi ese gol me parece la hostia y esta peli una puta mierda.