No engaña a nadie esta comediucha adolescente sin pretensiones que aprovecha el verano lleno de cerebros recalentados para casi llenar alguna sala dispersa del planeta crítica. La concepción de un hecho insólito seguido de niñas y niños guapos sigue atrapando a gente jovencita y sin formar del todo que suele invertir este tiempo para recrearse en un lenguaje más o menos similar al suyo.
Pero para el cine, como lastre este tipo de películas no tiene precio.Sin interés.