Para que quede claro desde el
principio: esto no es Alien. Lo resalto porque parece que se está
generando una expectación en Internet como si Prometheus fuera poco menos que el regreso de Ridley Scott a la saga de
Alien. Esta comparación no viene de la nada, obviamente el género y
algunas cuestiones claves del argumento (futuro,
extraterrestres, otro planeta) nos hacen recordar una de las dos
mejores películas de la buena época de Scott. Está claro también
que el producto se está vendiendo como tal.
Veremos una estética de imitación al
recién fallecido Jean Giraud (Moebius), sí, como se le ha imitado
en casi cada película espacial desde entonces. Veremos escenarios
similares, y una atmósfera oscura pero mucho menos densa y
aterradora de la que el director era capaz en su juventud. Tendremos,
por contra, una visión mucho más nítida, más limpia. Una estética
correcta y vistosa que, al contrario que aquella, no resultará
rompedora ni escapará del estándar de la industria.
Una trama mucho más ambiciosa
desarrollada por dos guionistas que hasta ahora han demostrado muy
poco talento en sus anteriores trabajos (Cowboys & Aliens,
La hora más oscura). Una banda sonora de un descafeinado Marc
Streitenfeld, que no tendrá ni el misterio ni la personalidad de
la de Jerry Goldsmith. En definitiva, esto es una película posiblemente entretenida, seguramente vistosa, espectacular y que
se podrá disfrutar de principio a fin, pero en ningún caso es
Alien: ni tendrá su talento, ni su personalidad, ni sus cualidades
más artísticas.
Lo que sí tendrá es un buen reparto,
con el chico de moda, Michael Fassbender, Charlize Theron,
Guy Pearce y Patrick Wilson entre otros. Quienes
estamos ávidos de ciencia ficción del espacio, la disfrutaremos,
pero por favor, que nadie se lleve a engaño: ni será una película
de culto, ni saldremos sobrecogidos del cine, ni nos marcará de
ninguna manera. Ridley Scott está para lo que está a estas alturas:
para hacer aceptables películas comerciales de buena factura,
fácilmente digeribles. No tiene interés en nada más.