Crítica de la película La gran familia española por William Munny

El gran estereotipo español, el de la España que fuimos pero ya no somos, o sí, según la mirada del que recuerda o sueña, pero al fin y al cabo cierta realidad caricaturizada y utilizada para atraer a las pantallas, si lo hace T5 todos los día, por qué no cualquier film con guión dolientemente humorístico. Pero no, esta película no va por ahí…España no tiene que ver con esto…el título es curioso y está deliciosamente medido.

Lo que vamos a ver es un universo que habrá vuelto a diseñar Daniel Sánchez Arévalo, diseñado como está él para el éxito y camino del mismo sea con lo que sea. La originalidad de sus momentos de cine, que al fin y al cabo únicamente juegan con los eternos sentimientos de bondad de ser humano, bien narradas, hasta dejando actuar a actores con gancho y voces con chispa. Lograr ese clima donde los españoles tienen poca cabida porque no saben los pobrecillos ser europeos y tener historias de amor y tristeza alegremente, parece que hace soñar y logra hacer soñar a propios y a extraños el caer de las frases de los guiones que ya pudimos ver gotear en Azuloscurocasinegro o Primos.

Ver esta película es triunfar en el precio de la entrada, entretenerse y sonreír y hasta ver cine de calidad con la garantía de la desconexión del mundo real mucho más patético y pueril. Al fin y al cabo para esto está hecho el concepto mercantilista del cine, así que su director es por tanto un exitoso hacedor del cine. Disfrutemos.