Baztan es una de esas películas a las que hay que acercarse con cariño, lejos de exigencias técnicas o dureza de miras críticas. El proyecto creativo con dosis de historia de por medio en un metacine sin depurar, parece que puede llamar la atención de cualquier curioso que se precie entre los que me encuentro.
Se habla de su crudeza en cuanto al sube baja y paso de época a época, de modus descriptivo a modus descriptivo, se puede hablar hasta de torpe buena intención pero por encima de esto tengo confianza en la batalla lograda tras su consecución. Baztan representa a esas películas que luchan por sobrevivir y encima se consignan muy dignas con un cine que trata de avanzar.
Unax Ugalde (Bon Appetit) y Carmelo Gómez (Silencio en la nieve) son las caras más conocidas entre un elenco experimentado del mundo actoral vasco. La garantía de buenas interpretaciones no será algo en negativo. Su conjugación con los diversos momentos de escenario actual y transición a la época, será otra cosa.
El primer largometraje de Iñaki Elizalde nos narra la historia de los Agotes, considerada una raza maldita durante siglos en el norte de Navarra, en el valle de Baztan. Yo quiero verla, quiero ahondar en ella y creer en estas producciones menores por publicidad mayores en carisma y fe.