El director Daniel Burman, el director de films como Derecho de familia o El nido vacío, sin olvidar sus prometedores comienzos, creo que va de menos a más, creo que con películas como esta se hace un flaco favor pero no porque sean malas sino porque parece que lo son. Este film no está para nada vacío, al revés, lleno, aunque puede ser que resulte en sus formas a veces demasiado alegre, técnica del chico en cuestión, respetable manera de entrar en el ser humano, por el camino más difícil, el de la risa.
Esta película titulada Dos hermanos, especialmente, posee un poso de saber hacer en cuanto al guión, sobre todo los personajes, poco conocidos en España los actores, pero ideales para ese tono circense de los mismos salvo cuando se refiere a una escena vital, cómica pero vital, y ese es el carisma que tiene el film, esa es la parte en la que la película se apodera de todos nosotros, que no es comedia o al menos no se ríe porque sí. Sin embargo, lanzarme a cuatro estrellas necesitaría de mayor intensidad en el plano técnico y quizás menos entusiasmo. Un híbrido difícil de encontrar, un estilo muy parecido a la comedia odiosa pero comedia muy bien trabajada, en definitiva, no se dejen llevar por las apariencia, porque es un film mucho menos vacío de lo que parece.