Es que no existe ni el más mínimo esfuerzo por crear un clima medianamente adaptado a Garfield, ni es el gato que todos conocemos porque su humor es mucho más ácido, ni su amo es siquiera parecido, los personajes secundarios son de lástima y la historia, que viene después de un cuarto de hora de supuesta risa provocada por el gatito, se pierde porque es estúpida. No es digna ni de las más simples de Disney. Por cierto, a la chica la pasean sin más dejando mucho que desear con la minifalda y esa chaqueta en los hombros. Lástima