Crítica de la película Todos estamos invitados por William Munny

Un juego de apreciaciones sería el titular menos doliente para una película perdida en un abismo de típicos posicionamientos ante el problema vasco, que no profundiza como decía y vendía, que no comenta nada que nadie no se atreva a comentar, sino que repite lo mil veces mencionado por cada una de las partes en una pelea que tiene a un personaje central alejado de toda lógica como protagonista.

Una película hecha a trozos, por un lado el mundo terrorista, mostrado como si fuera un chiste mal contado, donde las pistolas van y vienen, los chubasqueros parecen estar de oferta para todos igual y donde los comentarios con odio parecen ser el único sentir y vivir de esos personajes que se supone tienen que explicar la ambiguedad de ideas. Una película que muestra el miedo de los escoltados, sí, pero con cuatro trazos mal dados, sin entrar de lleno en muchas interioridades, que se llenan simplemente mostrando a una policía autonoma incapaz como excusa. Ante las actitudes vacías de un personaje que merece más tiempo, bien llevado por José Coronado a pesar de mis dudas, el director se refugia en la actitud infantil de una pareja que no hace más que jugar a la tontería y al te quiero no te quiero así, sin hablar como el altísimo manda del problema.

Para colmo tenemos a un chico que está medianamente bien interpretado por Óscar Jaenada, que recibe los estímulos de todos, como si esto fuera un juego de niños, actuando a ratos como un infantil inocente, otras como un maleante de tres al cuarto y otras como un comprensivo chavalote que se hace cargo del asunto en sí. A mí simplemente me ha parecido una comparsa sin sentido a manos de un director que no sabía como contar lo mismo sin que se notara, sin ahondar nada en nada, y que resuelve de manera espectacular, para que al menos el espectador no se sienta estafado.

Todos estamos invitados no sólo no consige su principal objetivo de contar, sino que además la historia que muestra es carente de firmeza, y para colmo se nos trata de engañar con paños calientes y cantos de sirena dejando la historia abierta a un cine de acción sencillo, pero no a lo que se prometía de muestra del ambiente en cierta zona que nadie se atreve a mencionar según la panfletada del film.