Crítica de la película Cinturón rojo por Iñaki Ortiz

David Mamet es, ante todo, un guionista de cine y teatro, pero tampoco le faltan títulos en su filmografía como director. Se trata de un autor considerablemente respetado por la crítica, el problema es que ese respeto procede más de las rentas de otro tiempo que de una carrera bien mantenida desde la calidad.

Voy a rescatar aquí la última frase de la crítica que escribí sobre Spartan, el anterior trabajo como director de Mamet. Decía así: «David Mamet está definitivamente muerto.» Eso es lo que me sugería aquella película insulsa y fallida en todos los sentidos.

El problema de este autor es su nula evolución desde los tiempos en los que manejaba a la perfección los mecanismos dramáticos. Si ha cambiado en algo ha sido a peor, a menos imaginativo, con un talento agonizante. Aquellos mecanismos que podrían ser interesantes en su día, se han gastado ya, y Mamet continúa estancado en ellos. Sólo aspira a realizar películas sobrias sin emoción y talento, caducas y carentes de cualquier intensidad.

Echémos un vistazo al reparto. Lo que más llama la atención es la participación de Tim "herramientas" Allen, en un intento desesperado de conseguir un papel serio que pueda desencasillarle de chorradas navideñas. Una muestra más de que este es un proyecto de segunda que sólo puede acceder a este tipo de actores de rebajas. El protagonista no es un mal actor, no, Chiwetel Ejifor ha demostrado ser un buen intérprete, le hemos visto en American Gangster o Hijos de los hombres, pero admitámoslo, con este rol protagonista puede darse con un canto en los dientes. Para rematar la faena vemos por ahí a Joe Mantegna, lo que reduce esta películas casi al nivel de un telefilm.

Para los muy fans de David Mamet que aún no hayan quedado desencantados. Para los amantes del cine de pasar el rato mientras haces un crucigrama, o para quien no haya visto cine en los últimos veinte años. Para nadie más.