Existen dos aspectos a valorar, por encima del resto. El primero de ellos tiene que ver con Shane Carruth en su faceta de director, montador y director de fotografía. El segundo de ellos tiene que ver con su faceta como guionista.
El aspecto visual de la película me parece muy bueno. Desde el plano inicial a los interiores, que los rueda imprimiéndoles una fuerte personalidad. Juega mucho con las tonalidades de la luz. A veces verdes, a veces azules, otras muy muy blancas, siempre con un sentido y un criterio. Igualmente, la película atesora planos de puro cine, como el plano en los minutos iniciales en que se ve a la izquierda la cocina y al personaje de la mujer de uno de los protagonistas, y a la derecha al grupo de científicos debatiendo, al más puros estilo de Hitch en "Marnie, la ladrona". De la misma manera, el montaje de la película es brioso y los momentos en que puede resultar más lioso es debido al guión, más que al montaje. Vamos, que puede decirse que Carruth consigue rodar con cierta personalidad, pero conseguida, no a golpe de "miren qué independiente soy". Se nota que ha bebido de fuentes clásicas, y eso siempre se agradece.
En cuanto al segundo aspecto, el guión, la verdad es que es cierto que la película dura lo que tiene que durar, que no nos la alarga innecesariamente, que parece que existe un trasfondo a todo que quizá con un quinto visionado empice a vislumbrarse y comprenderse. Pero lo cierto es que, como dice Beiger, consigue crear un interesante suspense, que termina por descafeinarsse por una sencilla razón: lo lioso de la trama. Es difícil acelerar el ritmo cardiaco del espectador si lo tienes desorientado. Repito einsisto que todo tendrá un significado, y que los últimos veinte minutos y su juego de paradojas temporales será perfectamente explicable. Pero tal y como están contados lo que creo que provocan es sacarte de la historia. No creo que la película esté bien resuelta. Y eso es algo que me parece muy normal, dada la inexperiencia de un director que pretende en su primer film contarnos algo demasiado complicado.
Quizá al final el exiguo presupuesto se vuelva contra él y no sea capaz de buscar un final acorde a él, o, simplemente, haya querido ser independiente de etiqueta con el guión, en vez de con la dirección.
En fin, que encantado de haberle conocido, señor Carruth, seguiré sus pasos a una cierta distancia, pero no entraré en su juego de agrandar una leyenda que considero excesivamente agrandada.