Sé que deben existir comedias mediocres. Sé que en España se hacen muchas. Sé que tienen su público. Pero aún así, me repatean. Hoy escuchaba una entrevista a Nacho Vigalondo y comentaban los problemas que había tenido para la distribución de Los cronocrímenes. Seguramente eso es algo que no le habrá pasado a esta cinta, por su reparto y porque no es una apuesta arriesgada, limitándose al humor repetitivo y superficial. Aquí somos así.
Si aborrecisteis El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo, mucho cuidado. Juan Cavestany vuelve a repetir en la dirección y el guión. A mí ya me dejo un especial mal sabor de boca por ser uno de los que escribió la malograda Salir Pitando.
Como anzuelo para el espectador, un reparto con Alberto San Juan y Maribel Verdú, que tras Casual Day o Bajo las estrellas y Siete mesas de billar francés o La zona respectivamente, demuestran que de todo hay que hacer en este negocio. No podía faltar Fernando Tejero (El club de los suicidas, Va a ser que nadie es perfecto) dado el tipo de comedia que será.
De verdad que ojalá tenga que comerme mis palabras y sea una comedia por lo menos entretenida y que no insulte nuestra inteligencia. Pero lo dudo tanto...