No me creo demasiado este intento de ciencia ficción por parte de la directora holandesa Digna Sinke. Y no es porque no crea en concreto en el talento holandés para ello, no olvidemos que se trata de la procedencia del contundente Paul Verhoeven. Pero, desde luego, creo que se encontrará voluntariamente lejos de este registro.
No creo en esta película porque me suena a un argumento poderoso que terminará en un pequeño cuento demasiado común y con demasiada vocación de cuento. Ya sabemos que esto suele ser buen camuflaje para los errores de bulto.
Sin embargo, este es, una vez más, uno de esos casos en los que vale la pena arriesgarse, porque puede ser una sorpresa deliciosa. Además, en el festival de San Sebastián está situada en la sección de especiales, y eso me gusta. Me explico. Habitualmente en esta sección suele haber obras que contienen elementos especiales que hacen difícil su clasificación dentro del festival, documentales, obras de temática con algún interés especial, etc. Sin embargo, esta es una película con atributos usuales, así que quiero ver que es lo que la hace tan especial.
Veremos.