Se trata a todas luces de la película española del año en cuanto a marketing se refiere, y es que allí donde Telecinco pone la pasta...se nota.
Es la flamante representante por España para la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa, aunque personalmente dudo mucho que sea nominada siquiera.
La película viene gustando, al parecer, desde su proyección en el pasado Festival de Cannes, y, claro está, no lo olvidemos, viene avalada por un nombre de peso (y no me lo toméis por donde no es) como es Guillermo Del Toro, quien ejerce funciones de producción.
Dirige el novel J.A. Bayona, del que me imagino se habrá hecho los deberes y se habrá visto Los otros, así como los clásicos básicos del suspense en una casa como Al final de la escalera.
La dirección estará bien, será correcta, llamativa lo justo, debiendo sopesar a la hora de dar la nota final a las actuaciones y al guión.
En orden inverso, poco confío en este subgénero bastante trillado en manos de un debutante como Sergio G. Sánchez. Antes era de la opinión que quizá si la idea era muy original, pero creo que ya está todo dicho en la materia.
En al apartado actoral, pues creo que Belén Rueda estará en el mejor papel de su vida, que es decir mucho (Mar adentro) y poco a la vez. No la veo soportando una película ella sola. Vamos, que no es Nicole Kidman.
Junto a ella la siempre turbadora presencia de Geraldine Chaplin, que da miedo aunque permanezca callada.
En el apartado masculino, Fernando Cayo, (El lobo, Concursante o Mataharis) tampoco me parece garantía suficiente.
En definitiva, nada especial con todos los focos del marketing y la buena estrella e inercia de Del Toro. Hace años pasó sin pena ni gloria una película con similares ingredientes que seguro me gustará más: El celo. Claro que tras ella no estaban ni Del Toro ni Telecinco.