De la mano de juntar a dos tipos que supuestamente hacen las delicias de los amantes de las series de televisión de producción nacional, esta película rodeada de la intención empresarial descarada, sólo va a aparecer como un compendio de despropósitos sin fijarse demasiado en el cine, tratando de sacar y satisfacer el morbo de los cuatro de turno que se atrevan a entrar en la sala.
Las épocas pasadas de experimentos y gaseosa pienso yo que ya han terminado, y de esto saben de sobra Fernando Esteso y Andrés Pajares, ellos mismos con su taquilla.