Cuando uno quiere nadar y guardar la ropa ya sabemos todos lo que pasa. Seguramente eso es lo que sucederá con este primer largometraje de Jorge y Guillermo Sempere, ya que cuando algunos de sus comentarios sobre su ópera prima fueron que intentaron ser originales pero que ellos mismos se autocensuraban porque no sabían si se estaban pasando (lo que se reiría David Lynch de esta declaración) o que sus referencias al rodar la película fueron Pequeña Miss Sunshine, American Beauty o Las vírgenes suicidas, ahí es nada, es que uno quiere abarcar mucho pero acaba apretando poco.
Su participación en el Festival de Málaga obtuvo una tibia acogida del público, que bajó bastantes grados en lo que a la crítica especializada se refiere. Personalmente no niego que la propuesta del film me parezca interesante. Una comedia negra que intentará retratar a dos familias acomodadas a raíz de unos extraños sucesos, dónde seguro habrá una crítica social intrínseca y quedará patente la hipocresía de las clases. Pero su mayor problema podrá residir en quedarse en medias tintas, sin acabar de explotar y con un ritmo uniforme que no alcance el clímax esperado, todo ello por miedo a sobrepasar los límites de lo convencional.
Sin riesgo no hay gloria y aunque quizá de este film puedan sacarse lecturas positivas de algunos aspectos, en el cómputo general, no puedo tener la sensación de otra cosa más que del famoso "Quiero y no puedo".