Esta película me ha gustado, pero sólo a trozos, como a pedazos de cine decente, humilde y majo, que te agarra por el mero interés del personaje magnético. Pero en otros muchos momentos te pierdes porque el personaje se pierde, porque entre otras cosas el director se empeña en esperar demasiado en proseguir con la historia.
Con una buena capacidad para demostrar el estado del lugar y de sus andantes, se estanca repitiendo y repitiendo paseos y posturas aburriendo algo al principio. Más tarde se forma una especie de ventisca de arranque cuando aparece el padre pero la calma vuelve a surgir, y lo evidente es pedido a gritos por el espectador.
A pesar de estos momentos, me ha resultado lógica, tierna y realista en la consecución de la enorme batalla de acabar con un mensaje paterno, que haga crecer al protagonista con una lección de vida conmovedora, con un final igual de lento pero más firme y encuadrado.