Estamos de enhorabuena: no sólo Clint Eastwood estrena nueva película sino que además coincide con Winterbottom en cartelera. Me pasa un poco lo mismo con ambos: hagan lo que hagan voy a verlo, porque las posibilidades de que me interese son casi del 100%.
Clint Eastwood, concretamente, destaca por el especial compromiso que tiene por contar historias y contarlas bien. A menudo se le define como un "cineasta clásico". Es cierto que su maestría es la consecuencia de haber trabajado previamente con grandes clásicos como, por ejemplo, Don Siegel. Sin embargo, Eastwood no supone una oportunidad de ver "cine de los años cincuenta hecho hoy en día", sino quizás, más bien, "el cine que los clásicos de los cincuenta harían hoy en día". Es un matiz, pero es un matiz que lo cambia todo. No sólo porque las temáticas están totalmente actualizadas, sino porque supone una reválida para toda una escuela de hacer cine, y porque deja sin excusas a todos los que hoy en día hacen cine sin ninguna dirección (como la reciente Tron: Legacy, que tenía detrás de todo excepto una director de cine)...
En ésta ocasión me resulta especialmente interesante, porque Eastwood parece haber elegido la temática totalmente alejada de lo que había hecho hasta ahora, y promete utilizarla probablemente para hablar de los grandes temas (el sentido de la vida, etc) pero desde un punto de vista totalmente original.
Aconsejo ir a verla al cine pronto, no vaya a ser que te la destrocen en cualquier conversación de cafetería...