La chica del lago, título con el que figura en Italia este film hipergalardonado, se transporta a muchos otros países con su fama de cine negro, de investigación, al estilo del país de la bota pero con los suficientes arrestos de género como para haber convencido a toda la crítica que ha tocado la película.
No mires atrás es el título propuesto en España, dando un toque de misterio a una semana santa en donde es complicado soltar films a estreno. Junto a ese misterio y esa calidad de negruzco film, parece importante la trama y el personaje central, el comisario Sanzio, un principal de envergadura, con ese toque de hombre mortal y meditabundo pasado de rosca, al que no le tiembla ni el impulso ni la falta de necesidad de justicia. Si unimos un crimen bien elaborado y curioso, desde el sentido más entre morboso y por diagnosticar, tendremos la parte comercial de una buena elección.
Pero la diferencia, y creo que aquí puede existir, estriba en el toque de fotografía y tono de sus momentos, tanto en los diálogos como en la normalidad de los investigados, de sus vidas, de sus momentos, transmitiendo una naturalidad casi cercana, hasta tal punto que hacer el mundo del crimen algo cotidiano y de nuestro vecino ayude a una salida del registro tradicional ayudando al no conflicto con el típico caso de cine de industria. Si a mitad de película sigo interesado en quién ha sido, y en cómo atraparlo y encima, como sin darme cuenta, me intereso por los detalles de la narración o los encuadres que esperan gestos y paisajes, estaremos ante un muy buen film, aunque le tenga mucho miedo al doblaje.