Albert Nobbs es lo que Glenn Close al Premio Donostia: reconocimiento. Sin duda nos encontramos ante una película romántica, esas que tratan de no silenciar y reconocer a la vez la lucha de cualquier tipo que llevaron nuestros antepasados más cercanos en el tiempo y que si no solucionan desde luego que ayudan a que vivamos en una sociedad más "igualitaria", menos nociva.
Su protagonista es Glenn Close, Premio Donostia del Zinemaldia 2011. Y no necesita presentación. Esta pantera hollywoodiense que lleva una mirada felina cada vez que la vemos en la gran pantalla es la encargada de encarnar el personaje de los personajes en la película Albert Nobbs.
¿Qué se espera de Close? ¿Y de Albert Nobbs? De la primera todo lo que venga lo veremos con buenos ojos, será bienvenido. Un aspecto muy importante es el enclave histórico, muy cercano al teatro, a lo novelesco, a lo romántico. Close es una pieza que encaja en este contexto. De Nobbs, como película, espero una sesión agradable, un discurso sincero, muchos minutos de metraje que le transporten a uno a un viejo salón con hoguerra y la idea de disfrutar de un clásico con ambiente literario. Esa Irlanda, personaje de personajes. Y ese siglo XIX que embriaga a todo el que sueña, lee y escribe con y sobre él.
Pero esto no es todo. ¿Bajo las órdenes de qué capitan navegamos? Pues nada más y nada menos que a las órdenes de Rodrigo García (Mother and Child). Conocido por los festivaleros de San Sebastián, García es un director que se hace respetar por su talento a la hora de llevar al límite los retratos humanos, el lado más sicológico de los conflictos y de crear la atmósfera ideal para que todo eso funcione. A pesar de estar fuera de competición en la Sección Oficial, Albert Nobbs es una propuesta de calidad y con nombres propios.