Batman begins dividió a los precríticos en dos facciones diáfanas: la que por un lado conformaban Beiger y Sherlock, más que satisfechos con la apuesta de Christopher Nolan, y por otro la formada por Hypnos, William Munny y quien les escribe, infinitamente más descontentos.
El Batman de Nolan tenía un primer problema; toda su primera parte, relativamente interesante y bien narrada, no era Batman. La segunda, aunque era diferente y apostaba por un nuevo estilo respecto a las cuatro películas anteriores, sí era Batman. No confundamos el cambio con estar directamente yéndose a otro terreno. Y eso ocurría en la mejor parte de la película. Lamentablemente, el otro gran problema radicaba en que, cuando volvíamos a lo que Batman debe ser siempre (más allá de perfiles, estilos, intenciones, cambios), la película se hundía en la reiteración, el desinterés e incluso el suspense más burdo.
Sea como fuere, es innegable que esa apuesta (tintar de historia seria y realista la fábula de un tipo que disfrazado de murciélago asusta a los malos por las noches) ya está consolidada: desde el éxito de Batman begins muchos intentar imitar la idea... ¡Sin ir más lejos, ahora se plantean hacerlo incluso con Robocop! Pero a Nolan esta vez ya no le sirve, y ante esta segunda película tiene que echar el resto en otro aspecto: el talento. O como venía a comentar Sherlock en su precrítica, destacar por la pura calidad de lo que ofrece. No le queda otra.
Lo positivo es que ya tenemos a Batman en Gotham y no hay milongas que valgan sobre un Batman diferente, un origen diferente, unas motivaciones diferentes. Aquí a Nolan sólo le vale el "tenemos un héroe" y "tenemos un enemigo". O varios, ya veremos. De momento suena fuerte el Joker, interpretación que antes de ver ya se ha vuelto tristemente célebre por la muerte de Heath Ledger.
Así las cosas, Nolan ofrecerá acción a raudales y cargará las tintas sobre la pesonalidad del villano, que es el personaje novedoso. ¡Qué casualidad...! Lo mismo que hizo Tim Burton (sólo que él lo hizo directamente en la primera película). El estilo será otro y tendremos un Joker que cuadre con el perfil que tenía Batman begins: más realista, más sucio, más directo. Pero que a nadie le extrañe que la estructura al final no esté tan lejos de los Batman que trazó Tim Burton.
Tengo verdaderas ganas de ver al nuevo Joker. Y respeto profundamente a Nolan a pesar de que no ha llegado a contentarme nunca del todo, hasta la fecha, con ninguno de sus proyectos. Así que estúpidamente vuelvo a confiar en él y, a pesar del batacazo del otro Batman, y del sabor agridulce de El truco final, le otorgo mis cuatro estrellas en precrítica.