Este tipo alemán, Roland Emmerich, ya dijo que no pretendía volver a hacer películas apocalípticas, pero se ve que el guión de 2012, nos podemos imaginar, le ha enganchado. Pretende lo que pretende y encima lo consigue y esto ya lo he comentado alguna vez, las cifras de sus films son buenas en cuanto a la taquilla durante y después de las salas y continuar no le es problema en un mundo del cine a gran escala demasiado preocupado por los beneficios.
Entiendo a sus seguidores en busca de películas sencillas con catástrofes tras el ser humano, que solo les hace falta tener sonrisas en forma de tormenta de hielo o arena, para que veamos al enemigo más claramente terrorificado. Recuerdo cuando me acerqué a El día de mañana o 10000 a.c, sencillamente hacen que te canses.
John Cusack (1408) da muestras de caer en picado, se muestra como la cara más importante en esta película muy menor. Oliver Platt (en la próxima Year One), Danny Glover (Honeydripper) o Thandie Newton (Crash) son sus aliados para preocuparnos hasta el cambio total del planeta...
De verdad, que el truco de los efectos si no son en pantalla grande no merecen la pena, no es suficiente para pagar la entrada.