Los señores de Pixar nos vuelven a taladrar con una de sus magníficas aventuras, esta vez con un mapache, una torutuga, una mofeta y una zarigüeya, que al ver instalada una urbanización junto a su hábitat deciden tomar cartas en el asunto.
El mérito de hacer este tipo de animación es considerable, pero los guiones, sobre todo cuando los animales andan de por medio suele bajar bastante.
Los creadores de Shrek y la fallida Madagascar, vuelven a las andadas sin demasiado aplomo. No creo que valga para mucho.