Crítica de la película El viaje de tu vida por Iñaki Ortiz

Quizá cruzar el desierto australiano sea una hazaña, no quiero poner en duda su dificultad; pero otra cosa muy distinta es que eso tenga algún valor cinematográfico. Puede que el problema esté en que John Curran no ha sabido sacarle partido a la épica de esta historia real, o quizá es que, por costoso que resulte este viaje, no conlleva apenas conflictos físicos como para sostener una odisea.

Por otra parte, es posible que Curran no haya querido enfocarlo de esa manera. Un ejemplo claro de su desinterés por ese tipo conflictos lo vemos en el momento en que una serpiente de tamaño cosiderable se convierte temporalmente en bufanda de la protagonista, y el director lo resuelve con una elipsis. Quiere mostrarnos que es un viaje duro pero no quiere sostener la película sobre esa base. Me parece aceptable pero finalmente no la sostiene de ninguna otra manera. No hay transformación en el personaje. No nos adentramos en su personalidad, a pesar de varios flashbacks repetidos a lo largo de la película, que no terminan de aportar nada. Tampoco hay una idea que transmitir. No hay apenas nada a lo que agarrarse. Solo un día tras otro de interminable desierto.

Supongo que el personaje de ella podría destacar en algún sentido, pero finalmente queda en una mujer que se cree por encima de resto, sin demasiadas virtudes más allá de una tozudez mal canalizada. Esto hace que el amago de historia de amor también carezca de fuerza, entre una persona cargada de desprecio y un mediocre que por alguna razón la venera. En todo caso, aunque en la primera mitad esta relación tiene algo de peso, después también se dispersa.

¿Qué nos queda entonces? Un conjunto de imágenes correctas del desierto australiano a lo National Geographic y una buena ambientación de la Australia profunda de los setenta. Muy poco más en dos horas de película.