Pues eso, el título de la precrítica lo dice todo. Un producto audiovisual solamente para amantes de la ópera. Para ellos, será un film de disfrute garantizado.
Ojo, que en verdad esta versión cinematográfica de La bohème se estrenó realmente en 2008, con acertada premiere en Viena, como mandan los cánones. Robert Dornhelm, director del invento, es un tipo con cultura musical amplia pero, en lo estrictamente audiovisual, un hombre de televisión ante todo. Veremos cómo se desenvuelve en esta apuesta, pero la mía es que el resultado será convencional, funcional, práctico pero conocido, nada novedoso. Poco aportará el cine a la ópera, en este caso.
Al frente del plantel dos nombres de postín, todo aficionado al género los conocerá: La soprano Anna Netrebko y el tenor Rolando Villazón. Con ellos sí disfrutaremos, no hay duda.
No hace mucho que ya pudimos disfrutar de buena ópera en la gran pantalla, en aquella ocasión bajo la batuta de Kenneth Branagh (un tipo que, más allá de consideraciones críticas varias, es un hombre de cine hasta la médula): La flauta mágica. Más que disfrutable y con Branagh decidido a no hacer sólo "opera filmada", sino "cine y ópera".
Con La bohème, tristemente, creo que no tendremos tanto. Pero para quien le guste especialmente la pieza de Puccini, es una cita interesante.