A pocos les va a sonar este título. No tiene cabida en la retahíla de anuncios televisivos que estos días copa Super 8. Ni en periódicos, marquesinas, ni en blogs internetiles. Así que toca hacer el esfuerzo de reclamar atención sobre ella.
Es la primerísima película de Nick Tomnay, realizador con algún que otro esporádico trabajo televisivo y un par de cortometrajes a sus espaldas. Ahora toca el salto al largo. Ese salto.
Lo hace con escasas localizaciones pero con personajes bizarros, y con sórdida sombra criminal amenazando toda acción del guión y dirección que el propio Tomnay asume: Sí, escribe y dirige, como manda los cánones del "debut de autor". Algunos elementos habituales para toda opera prima, pero también ganas de presentar carácteres distintos, obtusos. Me interesa.
Quienes ya han disfrutado El perfecto anfitrión en suelo usamericano hablan de un debut sobresaliente, y resaltan las superinterpretaciones de dos de sus protas: David Hyde Pierce y Clayne Crawford.
En definitiva, como mandan los cánones, no vamos a encontrarnos ante un título redondo, pero sí un trabajo impulsivo, talentoso seguramente, brillante a ratos, eléctrico, pleno de ganas y sin intenciones de usar el freno.
Llamo la atención sobre ella; estamos en verano, las buenas ofertas son poca y puede ser un momento adecuado para atreverse con esta película. Conozcámosla.