Crítica de la película Salvando las distancias por William Munny

En la sección de oportunidades de cualquier centro comercial, siempre tendremos este producto estrella de las carteleras. Se trata de la clásica película que trata el amor, entre personas jóvenes, y no es de amor, porque pretende escapar del convencionalismo hasta que no puedo evitarlo en un final apoteósico y sincero además de sonriente.

Si además todo eso es aderezado de actores que hagan conectar a una generación entera, Drew Barrymore (Todos están bien) o Justin Long (Admitido), aquí menos conocido, pero cómico híbrido por el país de la unión de estados, el resultado es una ramplona película ni graciosa ni entretenida que consigue el beneplácito de un sector del público siempre deseoso de carnaza cariñosa.

Si eres un amante de cualquier cosa en cine o directamente quieres soñar con el amor verdadero, probablemente te gustará, porque no es ni siquiera original sobre las de su especie, a mil años está por ejemplo 500 días juntos, pero si este rollo no te va ni te acerques.