Crítica de la película Quemar después de leer por Olmo

Los Coen atacan de nuevo. Y en San Sebastián, un público que siempre disfruta las delicias con las que siempre nos sorprenden estos hermanos. A ellos les debemos muchos títulos que se han convertido en filmografía básica del cine y de un estilo muy personal. En esta ocasión nos traen un producto cinematográfico con un título algo singular, Quemar después de leer. Cuando escuché que Los Coen atacaban de nuevo y salió a la luz el título de esta última pensé: Fargo más El gran Lebowsky igual a Quemar después de leer. Así de sencillo. Nos van a volver a menear y a sacudir y nos van a obligar a decirles de nuevo "qué buenos sois". El lado negatio de sus pelis es que cuando ves la última empiezas a contar los días que faltan para una siguiente. Estoy seguro de que en esta nueva ocasión nos volveremos a correr en la sala y que será otro orgasmo parecido al de No es país para viejos, largo, intenso y que te deja de piedra.

Después de esta presentación merecida nos toca hablar de la peli. Bueno, respecto a su reparto no hace falta presentar a nadie porque son de lo mejorcito que hay. Primero, George Clooney (Michael Clayton) que con los años se consolida como actor de renombre, merecido en su caso. Un estrella mediática, lo sé, pero que en la gran pantalla es lo que es, un lobo feroz que muerde cuando tiene hambre. Y nunca lo hace a medio gas. Por otro lado, Brad Pitt, que con los años merecerá un Oscar de la Academia, pero todavía no, aún le queda ese papel especial que le tiene esperando. Con los años también se ha ido haciendo hueco sin pestañear con los grandes. Pitt siempre ha tenido una gran personalidad en la gran pantalla, títulos como El club de la lucha o Leyendas de Pasión lo corrovoran. Otro grande. En tercer lugar, John Malkovich. Qué decir de nuevo. No es un actor solamente, es un hombre que hace cine, que interpreta y que le gusta. Se nota. Y que su violento rostro le ha convertido con los años en un imprescindible cuando se habla de buenos trabajos. Por último, la madre de la cinta, Frances MacDorman. Cuando se habla de ella se habla de Fargo. Cariñosa, agradable, una mujer con mucha personalidad, que transmite la identidad de un personaje.

Y respecto a la cinta como tal, ¿Qué nos traerán de nuevo? La historia. El guión, su estructura, sus personajes y el final serán parte de la personalidad Cohen por todos conocida. Sí es verdad que me imagino una cinta muy directa, rápida, que atacará, que se moverá allá donde haya que ir, que no se morderá la lengua y que nos embriagará con humor negro, personajes negros, en definitiva, Los Cohen. Esta vez irá más allá. Alguna sorpresa por aquí y por allá.

Decididos a ponernos de pié y aplaudir durante cinco minutos. Que vienen Los Coen. Preparados para un orgasmo largo e intenso.