Esta es una nueva categoría en la que está pensando seriamente la academia de Hollywood, de hecho están haciendo ya algunos ensayos. El último, el de la recién premiada Charlize Theron. La bella Charlize decide alejarse de sus acostumbrados papeles de “chica de” para ser la protagonista en una interpretación supuestamente más complicada. Y digo supuestamente y sospecho que no pasa de supuestamente pues no veo que el personaje sea muy rico, por muy asesina que sea. Y me pregunto, si necesitan una chica poco agraciada, porqué recurren a una belleza como Theron, ¿es que Hollywood está empeñado en borrar de la faz de la tierra a todas las actrices que no pasen el examen básico de belleza? ¡Que vuelvan las feas! Las necesitamos. Cuando veo los premiados Sean Penn y Tim Robbins, con papeles serios, de esos que desea un actor de los de verdad, y luego miro los papeles de las dos premiadas, una abrutada, la otra afeada, me parece un espectáculo circense (algo así como la mujer barbuda) que desacredita una vez más a esta ceremonia.
Y de esto va la película, de una estrella de Hollywood que hace de fea y mala. “¡Oh, está irreconocible!” será lo único que nuestro cerebro recibirá como información llamativa durante los 111 minutos que dura esta película. Esta “Thelma & Louise” (muy de lejos) con asesina, esta película que tiene pretensiones de ser grande y no es más que otro rollo de celuloide a apilar junto con las demás películas planas y sin fuerza. Y lo que más me fastidia es precisamente eso: su pretensión. Cuando una película es mala y lo sabe, y se ríe de sí misma, es mala. Pero cuando cree ser una obra a tener en cuenta dentro de la historia del cine resulta tan tremendamente ridículo que a mí me resulta pésima.
¿Christina Ricci? Pues ojalá hubiera seguido teniendo su buen juicio de arrimarse a directores como Ang Lee, Tim Burton o Woody Allen y siguiera haciendo buenos papeles. En fin, otro producto publicitario que espero no tener que pagar por ver.