Este cine se lleva años haciendo en Estados Unidos, y es
decepcionante que Spanish Movie no
haya sido capaz de aprender de sus errores. Lo que podía ser una ácida parodia
de la fabricación en serie de comedias baratas americanas (la parodia de la
parodia), algo al estilo Tropic Thunder,
se ha quedado en una copia defectuosa más de esa fabricación mecánica. Chistes
fáciles, sin gracia, siguiendo la senda marcada a fuego por sus primas
americanas.
Si la película encuentra algún momento levemente disfrutable
es gracias a las interpretaciones de los componentes de Muchachada Nui. Quizá si ellos firmaran el guión otro gallo hubiera
cantado, a ver si se lanzan ya. El resto es un aburrido transcurrir de gags
manidos, donde lo único mínimamente interesante es la leve novedad de que en
este caso sean las caras de Amenábar y Alex de la Iglesia las que aparezcan en
pantalla. Incluir canciones de Rocío Jurado no es la manera de alcanzar una
personalidad propia. Como ocurre en las parodias americanas actuales, no hay
una verdadera parodia, simplemente una recreación + gag. Una parodia debe
buscar el aspecto cómico que ya se encuentra latente en el original, no se
trata de añadir tacos y golpes. En este sentido, está conseguida la
caracterización de Joaquín Reyes como el Fauno, ridiculizando aquellos movimientos algo tontos del original. Otro buen ejemplo de parodia coñera es Los lunes alcohol, que se ríe de ese cine español, una vez más a cargo de los Nui.
Para colmo, ni siquiera es un repaso medianamente exhaustivo
a nuestro cine. La realidad a la que se enfrentan los creadores de la película
es que el gran público no ha visto más que unos pocos títulos nacionales, los
más taquilleros. Así que con más cobardía que otra cosa, se reducen las
parodias a las películas que todo el mundo sea capaz de reconocer, esto es, todo Amenábar, El Orfanato, Volver, REC y unos cuantos hits más, con algún guiño muy sutil a películas
más minoritarias como Los cronocrímenes.
Nada de Medem, Alex de la Iglesia, Garci y un largo etcétera, no vaya a ser que
alguien en la sala no pille el chiste. Ni se me ocurre hablar ya de los más minoritarios. Esta cobardía ya se aprecia en las
americanas actuales, cuando no era así en las viejas películas de los Zucker
(como puedas...). En definitva, si ya de por sí el cine español no es demasiado
prolífico, centrándonos sólo en los hits nos quedamos en nada.
Decepcionante. Espero que al menos fortalezca la industria. Espero también que no haya una segunda parte.