No es en definitiva una más de basketball en el sentido en que en los últimos tiempos se trataba de dar forma a estas dramáticas y heróicas historias de superación. El centro viene a ser un entrenador Carter que llegando incluso a paralizar la actividad del equipo debido a las malas calificaciones académicas, va un paso más allá de lo que normalmente es considerado en estas películas de deporte épico. No termina por dramatizar demasiado en los elementos problemáticos de los barrios y entornos perniciosos de los chicos, y profundiza aún menos en los sentimientos de los chicuelos dejándoles bastante débiles en comparación con anteriores monstruos del comportamiento. Por otro lado, Samuel pasa sin crimen ni castigo por este film a olvidar.