En cierto tipo de terror, ese que
quiere tocar una de las pocas fibras que le quedan sensibles al
espectador medio, se ha puesto de moda incluir embarazadas como
elemento sobre el que empatizar con los ojos entrecerrados. De hecho,
en esta edición de la semana de terror, Clinic no es la única
que usa este recurso.
Esta película australiana intentará
ponernos los pelos de punta poniendo en apuros a unas cuantas
parturientas, y utilizará como motivación una de las más fuertes
que podamos encontrar: la de una madre que vela por vida de su hijo.
James Rabbitts escribe y dirige
su primer largometraje. Nos guardará unas cuantas sorpresas y moverá
el argumento por derroteros posiblemente originales. Espero una buena
película de terror.