¿Móviles asesinos? Pues algo así se le ocurrió a Miike Takashi para filmar la película original cuyo remake estoy precriticando. Y es que, cuando se trata de crear productos, la máquina de hacer películas que es Miike Takashi no se para ante nada. ¿Qué se puede esperar de alguien capaz de rodar seis películas al año? En éste caso lo vió claro: las películas de terror encantan a los jóvenes. Los móviles también. ¿Móviles terroríficos? Pues móviles terroríficos.
Si la película original ya era una tontería, ésta no lo será menos. Debe de ser muy barato rodar remakes, porque para cada película de terror japones que se ha hecho en los últimos cinco años, ha habido un remake americano de la misma. Lo he repetido ya en varias precríticas, pero no puedo dejar de recordar que las películas de terror japonesas se basan en creencias orientales que no tienen sentido en occidente (energías negativas en objetos y movidas así). En éste caso, además, la película original tenía como reclamo a jóvenes actores y actrices que triunfan en la televisión japonesa (tipo la hermana de Britney Spears en el canal Disney)... Por supuesto, en el remake no hay nada de esto.
Llegados a éste, mi tercer párrafo de ésta precrítica, todavía no he encontrado ninguna razón para recomendar la película. Suelo intentar definir el perfil de espectador para el que está pensado el producto, y así intentar recomendarle al lector si ver o no la película en función de si se ajusta al perfil o no. Me arriesgaré a defraudar al lector diciendo que quizá se trate de la película ideal para alquilar en el videoclub un domingo por la tarde de resaca. Y digo, "me arriesgaré", porque es probable que no sirva ni para eso.
Si te gusta el terror japonés, remítete a los clásicos y deja estos productos inferiores. El que avisa no es traidor.