Diane Lane (Jumper, Rastro oculto) y Richard Gere (La gran estafa, La huella del silencio) vuelven a coincidir en la pantalla tras Infiel. Si en aquella ocasión eran la pasión, remordimientos e ira sus bazas, esta vez será dudo que los tiros vayan por ahí, siendo el lado más romántico y seductor de una relación entre un hombre y una mujer lo que nos ofrezcan.
Sufrimiento, amor y pasión embargaran a unos personajes maduros, cosa que agradezco en este tipo de films si he de verlos, en vez de a la alocada juventud. Los puentes de Madison es un claro ejemplo de ello, aunque esto sea una cuestión más personal.
Es la primera película que dirige George C.Wolfe tras varios trabajo para televisión. Si bien este dato poco nos podrá orientar, hay que decir que la historia está basada en la novela Diario de una pasión de Nicholas Sparks, escritor de otros libros adaptados al cine como Mensaje en una botella, Un paseo para recordar y El diario de Noa. Para los amantes de este género, huelga decir que son títulos en los que las lágrimas fáciles pueden rodar por sus mejillas sin encontrar demasiada dificultad para ello y no dudo, que esta puede ser otra buena excusa para ello.
Sin más, una película delicada y romántica, ideal para los que disfrutan mimetizándose con los personajes y sus sentimientos.