Un funeral de muerte y su éxito de risa eficaz es la antesala de esta Una boda de muerte con el director de Las aventuras de Priscilla, reina del desierto en los mandos de la realización y el mismo exitoso guionista de entonces, Dean Craig, en la sombra. La exagerada pero eficiente manera de provocar sonrisas es su nuevo baluarte a favor.
Se trata por tanto de la repetición de un estilo para todas las edades y géneros, para un público que se sintió satisfecho de lo visto y que desea repetir sin miedo con la misma fórmula en una temporada del año en donde escapar puede ser hasta una necesidad.
La comedia australiana triunfará con el permiso exclusivo de lograr enmarcarse en su género de una manera intensamente cierta y sin andamiajes de no ofensa como en otros lugares de habla anglosajona donde siempre se acaba por disculpar alguna acción con ciertos tonos de público más puritano. Es por tanto una oportunidad de disfrutar lejos de la realización nacional de algo de grosería exagerada, sin demasiados tapujos y formalismos.
Pero poco más...risas