Otra, sí. Un viaje, físico y también personal. Peripecias
miles, personajes curiosos, graciosos, premisa original y mucho humor. Desde luego puede ser un buen pasatiempo,
cine entretenido, ameno, de sonrisa sin tonterías. Pero no nos aportará demasiado si pedimos
algo más.
El director es primerizo, Pablo Palazón. No va a ser una ópera prima rompedora precisamente,
más bien es un trabajo que le puede abrir camino en el ya allanado terreno del cine
español más conformista. Se ha hecho con algunas caras conocidas, como Saturnino García, el inolvidable Faustino (un asesino de la tercera
edad), y con la televisiva Melanie
Olivares (Aída).
Un guión con varias subtramas, pero seguramente sencillo y
bien adherido a los cánones. Técnicamente plana, sin demasiado talento
audiovisual, supeditada por completo a los gags y los chistes. Funcionará en
tanto en cuanto nos alegre la tarde, siempre que la trama principal no se
pliegue demasiado a la comercialidad. Este no es el cine español que se
necesita, pero tampoco hace daño.