Robin Williams aun sigue manteniendo su fama cómica participando en taquillazos como Noche en el museo. Sin embargo, ha sabido ir trazándose una carrera paralela. Para ello, ha apostado ya en varias ocasiones por propuestas pequeñas de directores primerizos, casi siempre cercano al thriller. Es el caso de La memoria de los muertos, Imsomnio o la más interesante de las tres, Retratos de una obsesión.
Son películas serias en las que su personaje está confeccionado perfectamente a su medida, incluso todo el proyecto a veces parece girar en torno suyo. Esta es sin duda otra ocasión en la que la película valdrá tanto como él mismo la haga valer. En este caso no creo que llegue al nivel de ninguna de las anteriores.
Junto a Williams tenemos a Tony Collette, la madre en la película de moda Pequeña Miss Sunshine. Una actriz capaz que seguramente será una de las mejores virtudes de la película.
Si preguntamos por el equipo no tendremos demasiada respuesta. El director y coguionista, Patrick Stettner, sólo nos deja un antecedente poco firme: Oscuros negocios. El principal guionista, Armistead Maupin viene de la televisión y, en esta ocasión, se encarga de adaptar su propia novela.
En definitiva, un proyecto gris se mire por donde se mire. Seguramente será tan gris que ni siquiera resulte mala del todo. Por si no hay nada más que ver. Un buen producto para el videoclub.