Tiro de filmoteca y recuerdo La caja de música y La llave de Sarah. La última fuera de concurso hace dos años en el Festival de San Sebastián y la primera un clásico de hace ya más de dos décadas además de un reparto de primera categoría. Pero más allá del tiempo que ha pasado tengo la sensación de que ambas tienen la intención de hacer de baúl de los recuerdos, de tirar de la cuerda de atrapados secretos y si lo hace una mujer mejor que mejor. Y si hay nazis de por medio la excelencia. Cuando digo otro baúl de los recuerdos no quiero que sea considerado como algo despectivo pero sí por el contrario cansino o ya visto, repetitivo.
Escribamos,pues, de la tercera en discordia: Die lebenden o La muerte y la vida aproximadamente en su versión más castellana. Y hay un nombre propio, el de la directora austríaca Barbara Albert, una activista de lo social y más concretamente de las esquinas que aún siguen sucias en su Austria natal. ¿Qué sabemos de Austria en el Zinemaldia? Por ejemplo, Stilleben en la edición del año pasado aportó una más que generosa sobremesa a todos los que con mucha fe se acercaron a la proyección de la misma. Si algo tienen las tierras austríaca son registros y tonos bruscos, poco disimulados, secos, largos silencios...al mismo tiempo te lo está dando todo. Pero no hay que preocuparse ya que aunque escarvar exija suspense y silencio será de obligado cumplimiento la interacción.
Quinto trabajo de la directora austríaca en una década que no está nada mal y que comenzó en lo más alto arañando en la piel de las raízes de su sociedad, un documental de episodios junto a directores del panorama centroeuropeo y alguna que otra experimentación además de no ser primeriza en esto de viajar por Europa de festival en festival. Es una buena noticia tener cintas con este perfil aunque de momento la miro desde la distancia...