Tomás es un joven incapaz de integrarse en el mundo que le rodea. La pérdida, el desengaño y la tragedia le llevan a refugiarse en la meditación, dentro de un monasterio budista situado en las montañas.
Esta es la premisa de esta película del 2005, del director argentino Diego Rafecas debutante. No quisiera mostrarme doliente pero es muy peligroso tratar de llevar este drama a las pantallas con el consejo de imágenes de búsqueda y retiro sin caer en exceso en lo aburrido. Dependerá mucho la calidad de los diálogos y el montaje que haga más sencilla la lucha de minutos perdidos, que seguro que existen, para intentar plasmar la meditación. Una valiente apuesta que tratará de sacar de nosotros mismos cuanto piense este extraño personaje principal, que espero no tienda al tedio.
Encontraremos a Agustín Markert, a Julieta Cardinali La suerte está echada y al propio director, el cual opina que Un buda no trata sólo sobre el budismo, si no que es "una película sobre la forma en que los aprendizajes llegan a la vida" pues, a veces, "las buenas enseñanzas al comienzo son amargas, como las buenas medicinas".
Esta producción argentina fue ganadora del Premio del Público de la sección Territorio Latinoamericano del pasado Festival de Málaga.