El creador incansable Salomón Shang (La zona Tarkovsky o Carl Gustav Jung), difícil de serenar en algunos de los géneros conocidos, o al menos sólo pudiendo decir que es muy documentalista, nos trae este documental muy propio que juega a la soledad de personajes y un mundo hostil. Así suelto el comentario parece bastante poco comercial, y pienso que efectivamente lo es.
Desde luego para personas que quieran experimentar y aguantar en el sillón como titanes si la cosa no va demasiado bien, pero sin querer decir que nos vayamos a aburrir, la lentitud y la constancia en los planos sin partir demasiado, ayudarán al tono de reflexión necesario para entrar de pleno en la intención de una cinta con un destino de pensamiento.
Rodada en Barcelona, con tres horas de duración y poco diálogo además del blanco y negro, no es precisamente un juego de luces para el que busque distracción sin más en el cine. En esta ocasión, a mi entender quizás con un mensaje demasiado trillado y muy extenso en el minutaje, puede que no decepcione mucha parte de la cinta mientras otra mucha no.
Nuria Prims (Historias del Kronen), Tony Corvillo (The birthday) y Judith Uriach (Joves) son los encargados de sacar adelante esta peligrosa empresa que seguro hace bien y bonito en sus semidilatadas listas de trabajos. Al menos tenemos la garantía de ser actores de sobrada calidad. Confien en ellos, la película puede que no.